Clínica Henar González

Encantada con Henar, siempre, llevo muchos años yendo, mi madre y muchísima gente de mi círculo van y no conozco a nadie que diga lo contrario. Como profesional un 10 pero como persona más aún si cabe, excelente. Las ganas y pasión que pone en su trabajo es admirable.

Soy cliente/paciente habitual desde hace años. El servicio es maravilloso y con un cuidado exquisito. Hay que pedir cita con tiempo, la calidad tiene demanda.

Gran profesional. Llevo muchos años viniendo y se lo recomiendo a todo el mundo

Simplemente maravillosa. Nunca he querido ir al podólogo por miedo al dolor y más miedo a la factura después. Sin embargo la experiencia ha sido inmejorable. Trato amable, buena limpieza, profesional y encima económico. Por mi parte ya tiene un cliente y pienso recomendarselo a todos los escépticos como yo. Gracias Henar

Llevo años acudiendo a la clínica, y sólo tengo agradecimiento hacia Henar y su equipo. Te sientes como en casa, te tratan con todo el cariño que pueden para procurar y conseguir solucionarte el problema. No cambiaré de clínica para mis problemas de uñas encarnadas, Henar tiene una manos q valen oro. Gracias

La atención y el trato inmejorables. El primer día que fui vio el problema que tenía después de haber pasado por muchos otros especialistas. Una profesional y encantadora, como el equipo.

Hoy he ido a la podólogo por la uña encarnada, que no me dejaba en paz. He llegado a la hora de la cita y a los 10’ ya estaba en el gabinete. Las manos de Henar hablaban, o me lo parecía, con mis pies. La uña enclavada dejó de protestar y poco a poco, con delicadeza , maestría y sin dolor , deshizo el enclavamiento. En los 20 minutos del trabajo , no pude quitar la vista de esas manos magicas que se movían acariciando, me parecían las manos de los genios italianos de la escultura , cuando moldeaban en mármol aquellos cuerpos, obras sublimes… Salvando la distancia , las manos de la doctora te hacen entrar en esa ensoñación, a mi por lo menos . Gracias Doctora, cuídate, nos haces mucha falta…