Residencia ORPEA Zaragoza

Es una residencia con grandes luces y sombras. Mi madre estuvo allí en el mes de abril y la saqué porque no estaba contenta con varias cuestiones. Las instalaciones están muy bien, la limpieza también y la comida es buena. Entre las sombras comento que desde el viernes a mediodía hasta el lunes a mediodía no hay médico en la residencia por lo que mi madre tuvo una cistitis un viernes y hasta el lunes no recibió antibióticos; en ningún momento pasaron a media mañana o a media tarde a ver si tenía fiebre, tuve que llamar yo al enfermero (encantador y buen profesional) para que le midieran la temperatura y le dieran medicación. A mi madre no le hicieron valoración para ver qué actividades podría hacer. Se pasó el día "aparcada" en una mesa. Las auxiliares estaban en un rincón con el móvil o hablando entre ellas toda la tarde, sin hacer ni caso a las personas que allí residen. En una ocasión bajé a la médico a pedirle algo para bajar la fiebre a mi madre y me comentó que le parecía inadecuada la dosis de medicación para dormir, le contesté que era la prescripción de su médico de cabecera y que yo estaba allí por la fiebre de mi madre. No me hizo caso, afortunadamente estaba el enfermero y puso el termómetro a mi madre y me dio un ibuprofeno. Mi madre empezó después con tos y la llevé de nuevo a casa, tuvo que estar ingresada una semana por la bronquitis que no se le trató en la residencia. Quedé muy descontenta de la asistencia médica, de la falta de actividades y de personal para realizarlas y de la falta de atención de las auxiliares.

Mi madre ha estado rehabilitándose y no puedo estar más contenta y agradecida del trato que hemos recibido. El personal es muy cercano y están atentos a todo. Muy profesionales, su recuperación no ha podido ser mejor, regresamos al domicilio por su gran mejoría, pero no dudaremos de volver en cuanto los volvamos a necesitar. Destacaríamos a parte de la rehabilitación, la acogida tan buena que tuvimos por parte del equipo, dirección y las instalaciones, son una maravilla. Gracias de corazón por todo.

Hoy estuve por primera vez. Una buena amiga tiene que pasar unas semanas en ella. Las trabajadoras son encantadoras, todas las que he ido conociendo. La residencia es preciosa y no le falta detalle. Amplitud,limpieza y mucha amabilidad. Se respira buen ambiente.

La peor residencia de Zaragoza . Ni médicos, ni enfermeras, ni atención… la comida para tirar y la ropa te l machacan. El director hace caso omiso… lo peor que he visto en mi vida

Un horror de residencia en cuanto al trato sanitario por parte de una doctora que estaba y una enfermera. Aparte que cuando estuvo la pandemia de COVID, tenían preferencia otros que la propia usuaria que estuvo 7 meses con destrozo de ropa y poca atención por parte del personal.

Excelente atención a las personas mayores. Mi tía es residente y recibe el servicio de salud mental y el trato ha sido siempre excelente, los trabajadores muy profesionales y atentos

Escribo porque me extraña ver tantas opiniones de 5 estrellas hechas por Local guides que no creo hayan tenido ningún familiar en esta residencia. Mi experiencia fue mala. Poco personal para las personas dependientes. Si tu familiar está en sillas de ruedas y no puede valerse por sí mismo, no lo/la ingreses aquí. Parece una residencia en la que vayan a rehabilitar mayores que han sufrido un accidente etc pero no es así, la fisioterapia recibida es escasa y mala, las trabajadoras están saturadas. No tienen tiempo de estimular y atender bien. Dan a todos pastillas para dormir y pañal día y noche a los dependientes. Mi madre iba a estar dos o tres meses porque sufrió un accidente de tráfico con rotura de cadera, costillas etc y gracias a Dios me di cuenta de que no recibía la atención esperada y la saqué a las dos semanas. Durante esas dos semanas no hubo día en el no se cometiera algún error ... El hall es bonito y aparentemente es agradable, pero solo eso, pura fachada.