Residencia de Tercera Edad Rafael Alberti

Mi madre lleva 4 años y no tengo ninguna queja del trato que recibe ni de los servicios, todo lo contrario, tanto a ella como a los familiares que acudimos a pedir información , del equipo médico ,por parte de la dirección y de los auxiliares y administrativos de recepción. Otro aspecto positivo es que la cocina está instalada y funciona en el edificio de la residencia ,por lo que no es comida de catering, la limpieza de la residencia es algo que valoramos desde el principio como muy positivo.

Hooola Mi madre estuvo allí, y no me pareció buena. La disposición de la dirección ante sugerencias que se le dan respecto a la ubicación del residente, estuvo tras la pandemia, sometida a soportar gritos durante día y noche de otra residente. A pesar de pedirla sacarla de ese ambiente. No lo hizo. Heridas en la cabeza. Golpes y heridas en las piernas. Etc Mi madre no podía hablar . Pero oía y entendía . Una imagen de cara a la galería buena . Pero el día a día ...Uf No recomendaré está residencia . Desde luego

Al médico y la directora de esta residencia no le vendrían mal un poco de ética e inteligencia emocional. Mi abuela ha pasado los últimos días de su vida en esta residencia pasando un calvario lleno de complicaciones por culpa de estas dos personas. A los familiares no nos han facilitado en nada las cosas, todo lo contrario, han puesto pegas para todo lo que pedíamos que no era otra cosa que nuestra abuela no sufriera y estuviera sola. Hay una enfermera también que es una incompetente. La invito a que vuelva a sacarse la carrera de enfermería porque dejó bien clara la falta de profesionalidad en el momento del fallecimiento de mi abuela. No aconsejo esta residencia a nadie, no sé como la Comunidad de Madrid puede permitir el trato tan vejatorio que reciban nuestros mayores en este lugar.

Mi abuela Rosa estaba en situación terminal, le tenían sentada en una silla durante 12 horas, su agitación e incomodidad eran evidentes, rogamos que se le echara la siesta y la respuesta del médico fue que la siesta era un tratamiento médico, después de insistir logramos que a mi abuela se le acostara en un cama, en la enfermería, es un lugar lúgubre y aislado, sin timbres para avisar en ninguna de las camas, en una visita a mi abuela fui testigo de cómo el señor de al lado tosia casi ahogándose, tuve que avisar en dos ocasiones ya que nadie pasaba por allí y mi mayor miedo es que mi abuela estuviera en esa situación y nadie le pudiera ayudar. Esa enfermería deberia tener una enfermera que estuviera pendiente de lo que pasa o en cualquier caso un timbre al que el paciente pueda recurrir para avisar y lo que más me temía era que mi abuela iba a acabar sus últimos momentos sola, eso nos ha causado un terrible dolor y sufrimiento. Pedimos en repetidas ocasiones si podíamos quedarnos una persona con ella por la noche acompañandole y agarrándole la mano, su respuesta fue negativa pero mi madre decidió quedarse, fueron a echarle dos veces pero mi madre se opuso a dejar a mi abuela sola, al día siguiente falleció. En este sitio les da igual la situación de la persona, los cuidados paliativos no sólo son para el paciente, sino también para la familia que tenemos que luchar con este duelo insoportable, no nos han facilitado absolutamente nada. Mi abuela, en sus últimos días, presentaba una agitación excesiva, alzaba sus manos apretando sus puños, temblaba, se balanceaba de alante hacia atrás, le pedimos al médico que le administrara algo que le tranquilizara y el decía que el ponerle algo podría terminar en un paro cardíaco, decidió ver a mi abuela sufrir durante días hasta que los médicos de cuidados paliativos valoraron el ponerle un tranquilizante. Hemos puesto varias quejas, tengo videos y fotos que corroboran muchas cosas de las que narro, y espero que lleguen a buen cauce. Leyendo la web de la residencia puedo apreciar como ponen que tienen una psicóloga, que resulta ser mentira, preguntamos y no existía, lo único que hemos recibido son malas caras sobre todo por parte del médico y la directora. Mi abuela afortunadamente murió acompañada, agarramos sus dos manos hasta su último aliento hasta que nos dejó, lloramos la perdida durante unos 15 min, avisamos a la enfermera para comunicarle su muerte, ella puso su dedo pulgar en la muñeca de mi abuela, tratando de localizarle el pulso ( me pareció increíble que no viniera con un fonendoscopio y lo hiciera con su dedo) ella nos aseguro por activa y pasiva que mi abuela seguía viva, que tenía pulso, le avisamos que mi abuela era portadora de un marcapasos pero ella le realizó tres electros sin tomarnos en cuenta, cuando llego el médico quisieron hacerle un electro pero al contarles la situación, comprendieron que lo que marcaba el pulso era el marcapasos, no el corazón de mi abuela. La enfermera no tenía ni idea de que mi abuela llevaba un marcapasos. Han sido meses muy duros, meses que nos costará mucho digerir, pero he de decir que cuando mi abuela se fue, sentí alivio de saber que no iba a pasar ni un día más allí, me encargaré personalmente de hacer llegar esto a todo el mundo, de dar voz al maltrato y descuido que sufren muchos de nuestros abuelos en algunas residencias. También he de decir que en este sitio mi abuela también encontró personas muy bonitas que se preocupaban por ella y pasaban a verla,( Mari carmen y Nelson ) y alguno más que de verdad se nota que les apasiona lo que hacen. Cuento esto para que eviteis este lugar, que si queréis a vuestros seres queridos, nunca elijáis este sitio pues nos ha traído un terrible sufrimiento tanto a mi abuela como las personas que la queriamos, la falta de empatía tanto del médico como de la directora ha sido asqueroso, ninguna universidad te enseña a ponerte en el lugar del otro ni tampoco a ser buena persona pero si a ser más profesional en tu puesto de trabajo.

Mi madre Irene ha permanecido en este centro durante un par de años, el 29 de octubre del 2023 ha fallecido. Quiero agradecer a todo el personal el trato y el cariño recibido. Agradecer al personal de enfermería, y a Valentín el tenerme informado del estado de mi madre. Debido a mi trabajo mis visitas eran por la tarde, por lo que conozco mas al personal de este turno, empezando por recepción Manoli, Norma Gracias. Al los auxiliares no recuerdo el nombre de todos pero Carmen, Nancy, Loli, Thais, Yesenia y demas personal muchas gracias por todo.

Mi madre ha fallecido en esta residencia y no tuvo los cuidados paliativos que necesitaba, ha sufrido antes de morir mucho mas de lo necesario. No me dejaban estar a su lado en su lecho de muerte y ahora entiendo porque , solo trabajan tres personas en ella durante la noche : dos auxiliares y una enfermera , no hay recepcionista por la noche , no hay psicolog@ y ni hay trabajador/a social por el día, una persona de recepción de día dice ser la trabajadora social Cambian de personal continuamente , hacen contratos por dias y/o por horas , así no pueden llevar un buen seguimiento de los residentes con tanto cambio de personal . El médico ha demostrado ser un incompetente y no cumple con los horarios. Desaparecen cosas.,en fin , no lo recomiendo en absoluto. Fachada nada más , la atención sanitaria deja mucho que desear.

Muchísimas felicitaciones y mil gracias a la directora Laura y a todo el personal de esta maravillosa residencia, por cuidar y dar tanto cariño a mi madre, sobre todo en estos tiempos tan difíciles para todos. Resaltar que esta Muy limpia y es muy acogedora. 100 % recomendable!!!!