Residencia de Mayores Valdeluz Leganés

Un sitio horrible, cero empatía con los trabajadores. Sobre todo cuando empiezan, como fue mi caso. La homofobia, lejos de premiarse, debe ser castigada, y no dejar que personas de otros centros pero pertenecientes al mismo grupo (me refiero a Valdeluz Guadalajara) te insulten y degraden, te defiendas y tú te vayas a la calle. No encuentro palabras para describir el dolor que sentí, hace casi ya dos años de todo esto, y desde luego solo os digo que me alegro de no trabajar al lado de malas personas, como lo sois sin duda los responsables de esta residencia. EDITO tras ver vuestra sonrojante respuesta: mi rendimiento creo que fue más que bueno teniendo en cuenta que trabajé días antes de que me tocara, e incluso mañana y tarde porque os hice el favor de ir a una excursión. No dejé solos a los residentes en ningún momento (las otras personas que venían conmigo sí lo hicieron), y fue tal el bullying que hasta me grabaron en vídeo sin mi consentimiento (que enseñaron a la directora de mi centro) y ella basó mi despido en dicho vídeo y en que "no estaba cantando en en el autobus" (oh, Díos mío, no... Que malísimo animador que soy porque no trato a los mayores como niños de 6 años, eh). Por mi parte, nada más. Pero no estáis vosotros para hablar de injusticias. Que la vida os trate como merecéis.

Resistencia horrible, no cogen a sus pacientes que han sido dados de alta a partir de cierta hora. Como no cogen a sus pacientes las ambulancias tienen que llevarles de vuelta a los hospitales en los cuales han sido dados de alta. Llamas y tienen el teléfono descolgado, imagino que el turno de noche en esta residencia solo es para dormir los trabajadores. Una vergüenza que hagan esto con sus pacientes.

No puedo valorar el espacio físico ni la atención. Después de llamar un par de veces para solicitar información y tener el compromiso que me llamaría la Trabajadora Social, no he tenido respuesta. Entiendo que estén muy ocupados, pero al menos sean profesionales y digan sí tienen plazas, o si les interesa un nuevo residente, Gracias.

Una residencia excelente, con unas instalaciones magnificas y un muy buen trato a los ancianos. El personal muy accesible y amable. La directora siempre con una sonrisa y pendiente de todo.

Mi madre, Meli, ha estado en Valdeluz Leganés cinco meses. Ha fallecido hace unos días. Escribo esta reseña para familias que se encuentren en la situación en la que tanto yo como mis hermanas nos encontramos hace unos meses. Lo primero es felicitar a todo el equipo, Ana, la trabajadora social, siempre cercana. Dava, la fisio, siempre con una sonrisa. La doctora, siempre a nuestra disposición. Leo, Porfirio, Juan, ...., siempre pendientes y con su mejor sonrisa. A las señoritas de recepción, Tere, etc....cada tarde una sonrisa y una palabra agradable de bienvenida. Es un centro en el que encuentras cariño, atención, distracción, cuidados, limpieza, .... Y sobre todo las palabras de mi madre que siempre me ha dicho que la trataban muy bien. Se preocupan por su bienestar y eso en momentos tan difíciles es muy importante. Nos hemos sentido atendidos y mi madre ha estado muy bien cuidada. Es una decisión muy dificil a tomar pero cuando la necesidad no te deja otra opción este centro es un gran ayuda. Muchas gracias y siempre os llevaré en mi corazón. Enhorabuena por vuestro esfuerzo diario en conseguir que se convierta en el hogar de nuestra madre y un poquito en el nuestro. Un abrazo.

Mi abuela Eugenia ha estado apenas 5 meses en la residencia y toda la familia queremos agradecer a todo su personal el trato con el que la han tratado: desde Eva la directora, a Ana la trabajadora social, la médica, el personal de recepción ( Tere, Yaiza..), coordinadoras, así como a sus cuidadoras. En todo momento han tenido un trato muy cercano, no sólo con ella como residente sino también con nosotros como familiares, destacando especialmente sus dos últimos días en los que hicieron todo lo posible , facilitándonos todas las comodidades para que nos pudiéramos despedir de ella en un torno íntimo y familiar lo que hizo que nos sintiéramos muy arropados por todo el personal. Durante su estancia mi abuela estuvo en un torno muy agradable donde pudimos incluso descubrir una actitud hacia los demás que no habíamos visto hasta ahora. Muchas gracias por todo.

La experiencia no ha podido ser más positiva. Veníamos de otra residencia donde mi madre había pasado un mes con falta de atención higiénico-sanitaria y su condicíón física se había deteriorado muchísimo. Apenas comía y si lo hacía era en puré, no se movía de la cama y necesitaba ayuda incluso para los cambios posturales, la medicación estaba desajustada, tenía gran dependencia en mórficos y estaba muy deprimida. A las 48 horas de ingresar en Valdeluz Leganés, mi madre salió de la cama y empezó a comer sólidos, a los cinco días bajaba en silla de ruedas a pasearse por el Centro, a la semana realizaba las comidas del menú del comedor con el resto de residentes y la rehabilitación hizo que caminara con andador a los quince días. He comido del menú del comedor en varias ocasiones con ella y a las dos nos parecíó aceptable, además tuvo muchas veces la opción de modificar algún plato si no era de su gusto con antelación. Si en algún momento tuvimos alguna sugerencia o duda nos atendieron en su resolución de manera amable y satisfactoria. Ha estado dos meses en la residencia y fue un acierto total, ha vuelto a casa caminando con andador, contenta y con ganas de vivir. Así que sólo tengo palabras de agradecimiento a todo el personal del Centro: a todo el grupo de auxiliares (entre ellas a Jenifer y Rebeca a las que mi madre recuerda con especial cariño) que atendieron con presteza y firme decisión los hábitos de higiene y comida diarios, siempre con palabras de ánimo para reforzar su autonomía y autoestima; al equipo de enfermeras, encabezado por Sara, que le realizaban las curas precisas y vigilaban de cerca la medicación y los cambios de dosis para ajustarla a sus necesidades en cada momento; a Ángeles, la doctora, que entendió el cuadro complejo de salud, trató de mejorar su día a día y que suplió, en alguna ocasión, los cuidados hospitalarios para dárselos en la residencia (un entorno conocido); al equipo de fisio (Jennifer y Silvia) que consiguieron que mi madre volviese a caminar en un tiempo record; a las recepcionistas (Mari Jose, Marta y Yaiza), cariñosas y atentas a cualquier petición, siempre con una sonrisa y una palabra amable; a Raquel, del equipo de limpieza, quien mantenía siempre la habitación con los detalles que a mi madre le gustaban; a la supervisora (Laura) y a directora (Eva), siempre dispuestas a ayudar y solucionar cualquier duda o incidencia que surgiese. Tenemos muy claro que, si lo volviese a necesitar, mi madre volvería a Valdeluz Leganés sin ninguna duda.